viernes, 13 de octubre de 2017

Mucho más que cuidados


Hoy, 14 de Octubre, es el Día Mundial de los Cuidados Paliativos, esas dos palabras muy temidas y que nadie quiere escuchar cuando se refieren a uno mismo. Según la Organización Mundial de la Salud, “Los cuidados paliativos constituyen un planteamiento que mejora la calidad de vida de los pacientes (adultos y niños) y sus allegados cuando afrontan problemas inherentes a una enfermedad potencialmente mortal. Previenen y alivian el sufrimiento a través de la identificación temprana, la evaluación y el tratamiento correctos del dolor y otros problemas, sean estos de orden físico, psicosocial o espiritual.” De esta definición es muy importante destacar dos aspectos esenciales: mejorar la calidad de vida no solo del paciente, sino también de su familia; y aliviar el sufrimiento no solo físico, sino también psicosocial y espiritual.

Los Médicos de Familia tenemos una relación distinta con el paciente si la comparamos con otros especialistas, tenemos la suerte de poder seguir a nuestros pacientes a lo largo del tiempo, tenemos una relación más estrecha e íntima con ellos, de más confianza, somos aquellos a los que nos cuentan lo que no quieren contar a nadie y tenemos que estar a la altura de las circunstancias y de las expectativas que tienen sobre nosotros, especialmente en los momentos en los que más nos necesitan. Todo Médico de Familia tiene un papel muy importante en este proceso de la despedida y del final de la vida, tiene que ser un compañero tanto para el paciente como para su familia, no puede ser un simple espectador. Como una persona muy sabia me dijo al empezar mi camino por la medicina, “el proceso de la muerte es algo único, único para el paciente, único para su familia y único para su Médico de Familia, nunca se va a repetir y es en ese momento cuando tenemos que estar ahí y no desviar la mirada ni dar un paso al lado”. Eso es lo que tenemos que hacer, acompañar al paciente y a su familia, ser esa persona de confianza que se encargue de hablar con ellos y contestar a las preguntas de lo que quieran saber, mostrar nuestra empatía y procurar, en la medida de nuestras posibilidades, que este camino sea lo más confortable posible. Pero nuestra tarea no acaba con el paciente, sino que también debemos procurar una correcta atención al resto de la familia tras la pérdida sufrida para afrontar esta nueva situación.

Personalmente, el acompañar a estas personas durante todo este camino tan duro la considero una de las tareas más importante y difícil que todo Médico de Familia tiene que realizar, pero al mismo tiempo, una vez se termina todo, te llena de satisfacción y tranquilidad el saber que has estado ahí y el pensar que has podido ayudar.

Jose Alberto Chico Espín
Médico de Familia UBS Sa Coma - Cala Millor


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